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#AbrilNoSeOlvida: cinco años demandando justicia por víctimas de represión en Nicaragua

Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com

 

Cinco años se han cumplido de aquel 18 de abril de 2018; cuando inició la crisis sociopolítica en Nicaragua. Todo empezó con la agresión a personas jubiladas que reclamaban por la reforma del INSS en León y luego a jóvenes universitarios que se autoconvocaron en su defensa, así también fueron agredidos periodistas y activistas defensores de derechos humanos.


El 19 de abril de hace cinco años “no se olvida” porque se dieron los primeros crímenes de lesa humanidad contra jóvenes víctimas mortales de la violencia estatal ejercida por policías, grupos delincuenciales de la Juventud Sandinista, paraestatales y francotiradores que fueron identificados por la población, los que con tiros certeros apagaron la vida de más de 350 personas en Nicaragua, segun organismos de derechos humanos.


La Asociación Madres de Abril (AMA) conformada por familiares de víctimas asesinadas, este 19 de abril de 2023 hicieron un pronunciamiento conmemorativo por los cinco años de resistencia activa en la lucha por la justicia para Nicaragua y por sus familiares.

“Reafirmamos nuestro compromiso no sólo por nosotras, nosotros o nuestros familiares, sino también porque las nuevas generaciones puedan vivir en un país sano con una paz real. Nuestro deseo es que NUNCA MÁS un Estado dispare en contra de nuestra juventud, campesinos, ciudadanos, en contra del pueblo por el sólo hecho de pensar diferente.”


Las primeras 63 víctimas mortales de abril en Nicaragua tenían sueños y planes por cumplir junto a sus familias. Las Madres de Abril dicen “sus nombres y sus rostros jamás serán olvidados.”


El 19 de abril las tres primeras personas asesinadas fuerón: Richard Pavón Bermúdez de Tipitapa, Darwin Manuel Urbina Urbina de Managua y Cristhiam Emilio Cadenas de León.


Don Carlos Pavón padre de Richard menciona: “Nos dejó el amor de sus amigos que lo querían tanto” A él le gustaba estudiar. "Le encantaban los deportes y aprender inglés, era muy inteligente. Le arrebataron sus sueños y nos quitaron a nosotros también el sueño de verlo superado, estudiando en la universidad.”


Según el relato de su asesinato, Richard se unió a una marcha que se dirigía a la Alcaldía. A pocos metros de ahí recibió múltiples disparos de escopeta.

Fueron varios muchachos a avisarle a la familia que el joven fue baleado, llego muerto al hospital. “Yo no lo podía creer. Cuando vi a mi hijo en una camilla le quité la sábana que lo cubría, lo abracé y le dije levántate, levántate”, relata su progenitor.


Darwin Manuel Urbina Urbina, tenía 29 años, era un muchacho trabajador, alegre, sociable, muy servicial. Lo describen como una buena persona con su familia. “Cuando Darwin fue a apoyar a una muchacha que pedía auxilio cerca de las inmediaciones de la UPOLI, recibió un disparo de los antimotines y cayó herido. Los estudiantes creen que se trató de una bala de salva. Le decían: ‘‘Darwin, dale, levántate, Darwin…’’. Lo trasladaron en una moto al hospital Alemán Nicaragüense, pero llegó sin vida.” relata AMA.



Cristhiam Emilio Cadenas, de 23 años, estudiaba la carrera de Ingeniería Agroecológica en la UNAN- León, cursaba el tercer año, le faltaba 2 años para graduarse. “Su sueño era graduarse como ingeniero.” Era emprendedor “junto a su pareja habían iniciado un puesto ambulante de hamburguesas para costearse sus estudios.” Para su hermano, “era una persona muy conocida y apreciada entre los estudiantes, muy querido en León y muy servicial. Si miraba que alguien necesitaba ayuda, sin decir se acercaba y le ayudaba a la gente y así se fue ganando el cariño de las personas, de las amistades, de la familia y las personas siempre preguntaban por él.”

Según el relato en su biografía recopilada por AMA se lee que las autoridades policiales dijeron que Cristhiam murió calcinado en el incendio originado en el CUUN, en León. Sin embargo, las dudas sobre su muerte se mantienen y su hermano las levanta. Si el peritaje oficial concluyó que Emilio falleció por inhalación de gases tóxicos, cómo se explica que, si murió calcinado, la ropa que llevaba (pantalón, pañoleta) no se encuentran quemadas. ¿Por qué estaba entonces su cuerpo mutilado, sin brazos, piernas y, sin dientes?


20 de abril 2018 fueron asesinados:


Álvaro Manuel Conrado Dávila de Managua. “Me duele respirar…” fueron las últimas palabras que pronunció grabadas en un celular en medio de su agonía.

Álvaro Conrado Dávila, de 15 años, era estudiante del Colegio Loyola. Estaba en cuarto año de secundaria. Su mamá, Lizeth Dávila Orozco, recuerda que Álvaro tenía dos opciones de estudio: “Contabilidad, porque era buenísimo en matemáticas, y Derecho, porque alegaba y defendía lo que creía justo.” La madre del jovencito mártir dice. "Quien dio la orden de disparar tiene que pagar su crimen. A mi hijo le negaron la atención médica. Tiene que pagar también él que no le dio atención médica”, señala su mamá.


Harlington Raúl López García era de Managua tenía 19 años, Trabajaba en una empresa de diseño y tenía alrededor de un año de vivir en la capital con familiares. Casi no salía. Su rutina era ir de la casa al trabajo.


“El 20 de abril, después de regresar, vio que había protestas y le dijo a su tía: “Hay que ir apoyar a los muchachos”, tomaría fotografías y vídeos de la situación. En medios de prensa, su mamá relató con profundo dolor que su hijo solía decir que moriría antes que ella, tal como ocurrió. «Es un golpe duro para mí. Es un dolor que no tiene comparación”, comentó su mamá.


Michael Humberto Cruz Sánchez de Managua tenía 30 años, era un padre de familia. “Era un muchacho bueno, alegre, respetuoso, de corazón lindo. Un muchacho muy de casa, le gustaba la familia, la convivencia. Era como el enfermero de su abuelo, que había estado muy enfermo: le daba las medicinas, lo llevaba a consulta, lo sobaba. Estaba pendiente de él y lo iba a ver todos los días”, es el relato de una tía.


La familia de Michael quiere saber por qué mataron a tantos muchachos desarmados, que solo ejercían su derecho a la protesta: “Cuando sepamos la verdad encontraremos un poco de paz", comenta la Asociación.

Franco Alexander Valdivia Machado de 24 años, era estudiante universitario, artista y padre de una niña y estaba casado. Su nombre artístico era “Renfan” era rapero y un joven polifacético: trabajaba en un taller de carpintería de día, por las noches estudiaba Derecho y los fines de semana era árbitro de béisbol y softbol.


Componía “rap conciencia”, con líricas que abarcaban temas como la migración, la violencia, el uso de armas y el autoconocimiento. Llamaba a sus canciones “escuela del pensamiento.


Su hermana manifiesta: “Nos cerraron el acceso a la justicia. El caso de Franco es uno de los mejores documentados con pruebas científicas, pero la Fiscalía nos cerró las puertas y no nos entregó copia del dictamen de la autopsia. Ha sido un proceso desgastante emocional y físicamente. Y hasta el día de hoy no existe ni la mínima muestra de pretender aclarar el asesinato de mi hermano y dar con el responsable”.


Orlando Francisco Pérez Corrales, de Estelí tenía 23 años, cursaba el quinto año de Ingeniería en Energías Renovables. Su familia dice en un relato que “ya contaba con un trabajo en el Ingenio Montelimar y que pensaba comprar una casa en El Crucero”.

Tras su asesinato, su madre salió a protestar llevando una pancarta con la foto de Orlando en una mano y flores en la otra. Testigos y familiares aseguran que los disparos salieron de la alcaldía de Estelí,” menciona AMA.


Álvaro Gómez Montalván, de 23 años, era originario del barrio indígena de Monimbó, Masaya y cursaba el cuarto de cinco años de la carrera de Licenciatura en Banca y Finanzas en el Recinto Universitario Carlos Fonseca (RUCFA) de la UNAN-Managua. Los sábados estudiaba y los días de semana trabajaba en una zona franca.


Gómez era hijo de un antiguo militante sandinista, se unió a las manifestaciones locales contra las reformas del seguro social (INSS) desde su inicio. Su padre quiere que su hijo sea recordado "como ejemplar por sus amigos del barrio, que su sacrificio sea recordado en las escuelas, que lo recuerden como un niño dispuesto a luchar por lo que quería, que el Estado nunca más mate a los niños y que su nombre nunca se convierta en una consigna hueca. Honrar la memoria de nuestra juventud es una forma de sacar adelante al país, que se acabe la corrupción y se celebren elecciones libres”.


Otras víctimas de ese del 20 de abril de 2018 fueron: Hammer Joel García Salinas. Tipitapa; Juan Carlos López Martínez de Ciudad Sandino; Marlon Manases Martínez Ramírez. Ciudad Sandino; Moroni Jacob López García. Ciudad Sandino; César Noé Castillo. Estelí.

En total el día 20 de abril de 2018 fueron asesinados 11 personas.


Las víctimas mortales del 21 de abril 2018 fueron: Kevin Dávila López. Managua; Jaison Antonio Chavarría Urbina. Ticuantepe; Léster Adan Vindell Picado. Managua; Marco Antonio Samorio Anderson. Managua; Ángel Eduardo Gahona López. RAAS; Carlos Manuel López. Masaya; Danny Stalyng Rivas. Managua.


Cuatro personas fueron asesinadas entre el 22 y el 23 de abril, ellos son: Ismael Pérez Vílchez. Managua; Jesner Josué Rivas. Managua; Ismael Isaías Pérez Martínez. Chinandega y el 23 de abril: Edwin Bismarck Gómez de Managua.

AMA, ha reconstruido las memorias de cada uno de estos jóvenes y la ha compartido en sus redes.

“En su intento por borrar la memoria colectiva y negar los hechos de violencia de abril de 2018, el régimen Ortega - Murillo a través de la Asamblea Nacional ha decretado el 19 de abril como ‘‘Día Nacional de la Paz’’. Como familiares de las víctimas del Estado de Nicaragua rechazamos este accionar que perpetúa el ambiente de impunidad y el olvido,” declara La Asociación Madres de Abril (AMA)


Por su parte La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en una visita entre el 17 y el 21 de mayo registro información de las victimas y graves violaciones de derechos humanos ocurridas en el contexto represivo estatal contra las protestas cívicas en abril 2018.

dichas afectaciones habrían sido resultado del uso excesivo de la fuerza, incluyendo la fuerza letal por parte de agentes estatales y fuerzas parapoliciales, reportando 212 víctimas fatales, con la advertencia de que la situación de violencia aún estaba en curso al momento de la publicación, por lo que las cifras estaban sujetas a cambios y actualizaciones.


La CIDH determino en un informe “al menos 355 víctimas durante la represión a las protestas sociales entre el 18 de abril y el 31 de julio de 2019. Según el desagregado por género, 15 serían mujeres y 340 hombres. Además, 27 del total de víctimas serían niñas, niños y/o adolescentes. Los datos también dan cuenta de 23 agentes de la Policía Nacional que perdieron la vida en este contexto.”


Ese monitoreo fue analizado y sistematizado con diversas fuentes como información parcial aportada por el Estado de Nicaragua; datos y testimonios recabados por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI-Nicaragua).

La CIDH contó con información de 1786 testimonios recibidos por el MESENI.


La Comisión Interamericana exhortó al Estado de Nicaragua “su obligación de investigar todos los actos de violencia cometidos en el contexto de la crisis de manera imparcial y con la debida diligencia, con objeto de poner fin a la impunidad. Asimismo, debe adoptar las medidas necesarias para la superación de la crisis y el restablecimiento de la institucionalidad democrática por medio del inicio de procesos que promuevan la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas.”



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