Costa Rica es un país globalmente conocido por sus atracciones turísticas. Sus espectaculares playas, un entorno natural único y una industria hotelera muy desarrollada, le permiten ser considerado por el Foro Económico Mundial como el tercer destino turístico más competitivo de América Latina, y el 41º del planeta.
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En 2019 recibió 3,1 millones de turistas —un número nada despreciable para un país de 4,9 millones de habitantes–, 4,1% más que en 2018, un incremento que duplica el aumento promedio del continente americano, según la Organización Mundial de Turismo.
Lo que muchos no saben es que Costa Rica es, cada vez más, un polo que atrae inversores, profesionales y hasta pensionados, que deciden mudarse al país centroamericano por las condiciones que ofrece a las personas que quieren prosperar en su territorio.
Una playa en Costa Rica (Shutterstock)
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Por un lado, es una nación que cuenta con un sistema impositivo muy competitivo, que en los últimos cinco años promedió 1,2% de inflación anual, y un crecimiento del PIB del 3,3% anual, y que está entre las más seguras y políticamente estables del continente. Por otro, desde hace mucho tiempo tiene una activa política de estímulo a la inversión extranjera y a la radicación de ciudadanos de otros países.
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La pandemia afectó al turismo más que a cualquier otro sector de la economía y Costa Rica está sufriendo el golpe. Sin embargo, las autoridades están viendo esta crisis como una oportunidad para consolidarse como un imán para personas de distintas nacionalidades.
Si hay un cambio que llegó para quedarse es el teletrabajo, que no solo permite trabajar desde la casa, sino desde otro país. En ese contexto, Costa Rica quiere que cada vez más empresas y personas decidan instalarse allí para hacer trabajos para el resto del mundo, bajo reglas muy favorables.
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Es un sistema en el que todos ganan. Quienes deciden radicarse pueden disfrutar de la combinación de un país con reglas de juego claras y estables, con beneficios tributarios que no tienen en sus propios países, que es además un paraíso natural único en el mundo.
Como contrapartida, Costa Rica percibe las ventajas de un mercado interno que crece, con nuevos consumidores de alto poder adquisitivo, que además aportan ideas innovadoras, y generan empleo y oportunidades de desarrollo.
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Con información de Infobae