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Etnocidio, despojo tierras y daños ambientales en comunidades indígenas

Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com

 

El Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), este viernes 19 de mayo, presento en su boletín Perspectivas 171, la situación violenta y sistemática que han sufrido los territorios indígenas durante el transcurso del 2023 en Nicaragua.

En lo que va del año 2023, los ataques dirigidos a personas de las comunidades indígenas han dejado “saldos mortales” que han quedado en la impunidad. “Los colonos son la punta de lanza, la cara más visible, de la expansión acelerada y violenta de la frontera agrícola para beneficiar a grandes propietarios y sus aliados, muchos vinculados con el régimen dictatorial de los Ortega-Murillo, por esa razón su impunidad está garantizada a pesar de las leyes que protegen a las comunidades indígenas”, detalla CETCAM en su análisis.

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¿Y quiénes son los colonos?


El centro de pensamiento caracteriza a estas personas como campesinos pobres, principalmente mestizos. La mayoría de ellos azuzados por terratenientes o terceros interesados en apropiarse de las tierras indígenas localizadas en reservas biológicas y áreas protegidas para desarrollar actividades agropecuarias de naturaleza extractivista.


Los colonos actúan contra los y las indígenas en grandes grupos que oscilan entre 10, 50 y hasta 80 personas; usan armas de fuego, incluidas armas de guerra; “se presume que entre ellos hay exmilitares y exmiembros de la contra, “incluye. Y recuerda que es a raíz del 2015 que esta crisis violenta contra comunitarios ha venido en aumento. “Más de 60 comunitarios han sido asesinados por los llamados colonos. “Asesinatos, secuestros, heridos, destrucción de asentamientos y de cosechas son algunas de las consecuencias de estos ataques”, explica.

Etnocidio y despojo contra comunidades indígenas afrodescendientes

Según datos de CETCAM los cálculos se aproximan a 3,000 comunitarios miskitus y mayagnas obligados a abandonar sus tierras. Ellos huyen a otras partes de Nicaragua y Honduras donde viven “en condiciones de hambre, pobreza extrema y desamparo.”

Ante la situación que viven estas comunidades indígenas en sus territorios de origen la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH ha emitido “medidas de protección” pero el gobierno de Daniel Ortega ha hecho caso omiso. “el acoso, las invasiones y los crímenes continúan” amplia el informe de CETCAM.

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Este despojo se “ha extendido” al menos durante las últimas tres décadas a pesar de que existe un marco jurídico que protege los derechos de las comunidades indígenas.


Daños ambientales



El extractivismo es una grave consecuencia de las invasiones, perjudicando al medio ambiente y recursos naturales.

Mientras las comunidades indígenas explotan los recursos del bosque cuidando de preservarlo y protegerlo; en cambio, los colonos actúan como depredadores que talan los bosques, contaminan las aguas, eliminan la protección de los ríos, y acaban con especies naturales de flora y fauna para introducir nuevos cultivos y ganadería.

“Las empresas mineras, madereras y ganaderas también obtienen concesiones gubernamentales para explotar las tierras indígenas mediante el chantaje y la corrupción, sin que se cumpla el procedimiento establecido en la ley de consultar a las comunidades; la razón es que algunas de estas empresas están ligadas directamente al grupo económico de los Ortega Murillo, actuando en connivencia, sin que ninguna institución las regule o sancione cuando cometen delitos ambientales o invaden las tierras indígenas,” asevera el centro de Investigación.



Organizaciones defensoras de los derechos indígenas, las propias comunidades han planteado la urgencia de la protección estatal y, sobre todo, avanzar con el proceso de saneamiento de las tierras comunales. Pero, de nadahan valido las reiteradas denuncias nacionales e internacionales, incluyendo las sentencias de la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos y la resistencia de las comunidades.

El análisis concluye “que el régimen dictatorial de los Ortega-Murillo ha mantenido su voluntad de sostener el modelo extractivista, el despojo y la desprotección a las poblaciones indígenas y afrodescendientes, por lo que “mientras se mantenga este régimen difícilmente se resolverán las justas demandas de las comunidades indígenas y afrodescendientes, además que se mantendrá la expoliación y la destrucción de las tierras comunitarias.”



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