La ONU y Fundación del Río alertan sobre la desertificación y sequía que amenazan la tierra y la vida. Urgen acciones para un futuro sostenible.

Cada 17 de junio, el mundo conmemora el Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una fecha establecida por la ONU en 1995 para concienciar sobre la creciente amenaza que estos fenómenos representan para el planeta y sus habitantes.
En 2024, bajo el lema “Unidos por la Tierra: Nuestro Legado y nuestro futuro”, la jornada busca resaltar la urgencia de proteger la tierra, garantizar la estabilidad y la prosperidad de miles de millones en personas en todo el mundo”.
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La desertificación, definida como “el resultado de una permanente degradación de los suelos, ocacionado por una constante deforestación de los bosques, la salinización, la falta de agua y una sobreexplotación de los acuíferos, y la sequía, un cambio o anomalías del clima, que ocurre cuando los niveles de agua están debajo de los que corresponde”, son problemas interconectados que impacta directamente la seguridad alimentaria y el bienestar global, refiere en su proclama la ONU.
Y añade que la degradación de los suelos, impulsada por las actividades humanas, provoca erosión, salinización y la perdida de nutrientes esenciales afectando gravemente a la agricultura y la economía de muchas regiones.
Nicaragua siente los afectos de la degradación del suelo
En Nicaragua, la realidad de la desertificación y la sequía es palpable. La Fundación del Río, una organización comprometida con la sostenibilidad, ha utilizado el marco de este día para llamar la atención sobre la situación local. En sus redes sociales, la Fundación afirmó. “La desertificación no es solo un problema de tierras secas. Es una amenaza silenciosa que agrava la crisis climática, reduce la producción de alimentos y desplaza comunidades enteras”.
La organización nicaragüense subrayó cómo en el país centroamericano, “la degradación de los suelos avanza en zonas como el Corredor Seco, donde miles de familias campesinas enfrentan sequias prolongadas, perdida de cultivos y aumento de la pobreza”.
La organización nicaragüense subrayó cómo en el país centroamericano, «la degradación de los suelos avanza en zonas como el Corredor Seco, donde miles de familias campesinas enfrentan sequias prolongadas, pérdida de cultivos y aumento de la pobreza”.
La Fundación del Río atribuye esta situación a “la deforestación, el avance de la frontera agrícola y la falta de políticas sostenibles”, e insiste en que “la recuperación de los suelos y el manejo sostenible pueden esperar. Reforestar, proteger cuencas y apoyar la agricultura regenerativa son pasos urgentes.
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Este 17 de junio, la jornada sirve como un recordatorio contundente de que la lucha contra la desertificación y la sequía es una responsabilidad compartida, esencial para “garantizar la estabilidad y la prosperidad de miles de millones de personas en todo el mundo”.