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Profesora de Belén sigue impartiendo clases a sus 77  años


Por: Lesber Quintero/ contacto@intertextualcr.com

Pese a sus 77 años, retirarse de las aulas de clase aún no está en los planes de  la profesora Esmeralda Carcache Hurtado del municipio de Belén,  del departamento de Rivas.

"Le doy  gracias a Dios por darme fuerza y  salud para seguír impartiendo clases  y el día que ya no  lo pueda hacer me retiraré pero aún no tengo fecha"  explicó.


De lunes a viernes, sale de  su casa con el mismo entusiasmo de hace 43 años, para hacer lo que más le gusta; dar clase a sus alumnos y fomentarles  valores para que en el futuro sean personas de provecho. Cuenta que desde niña, soñaba con dar clases y que esto la motivó a estudiar licenciatura de Ciencias Sociales, en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN.


"A mi me encantaba. Desde niña quería ser maestra y  mi papá luchó para  que el sueño se me hiciera realidad", relató la profesora Esmeraldita a como suelen llamarla cariñosamente  alumnos y docentes del Instituto Abraham Grimberg Villaroel, del municipio de Belén. Sonriendo, recordó que se graduó en  1979 y que al siguiente año, comenzó a impartir clases en el ciclo básico de Belén, ya que  aún  no existía el instituto.


"En el ciclo básico sólo se impartían  clases de primero a tercer año  en  tres  aulas que prestaba el colegio de primaria Pedro José Quintanilla, pero al ver la necesidad de  contar con un instituto, comencé a gestionar ante el gobierno un terreno y luego la construcción", explicó. Refiere que una vez que les donaron el  terreno  que  está en el costado  este del colegio de primaria,  comenzó a buscar apoyo para la construcción.


"La obra se hizo realidad en 1982, con apoyo de Suecia, habitantes del municipio y el gobierno", refirió la profesora, quien agregó que en 1991 se realizó la primera promoción de bachilleres y que con el paso de los años y el crecimiento de la población estudiantil, el Instituto se fue ampliando y remodelando.


Para ella, el instituto se ha convertido en su segundo hogar, en el cual  cuenta con una enorme familia con la que le gusta compartir sus conocimientos, principios y valores. "Es algo muy lindo y me brinda mucha felicidad porque donde voy, me encuentro, con doctores, enfermeras, abogados,ingenieros y maestros a los que les impartí clases"  explicó.


Aunque los años han  desacelerado  sus pasos, en el instituto siempre se le ve activa motivando a los alumnos y hasta se encarga  de dar mantenimiento al jardín. Afirma que su  segundo sueño es que cuando muera, la velen en el  instituto donde se ha convertido en una leyenda del magisterio.


Comentó que en sus 43 años que le ha dedicado al magisterio, sólo en dos ocasiones ha recibido subsidio, sumando entre ambos, 45 días de reposo.


Sobre los estudiante, explicó que los de antes eran más disciplinados y que también existía una buena participación de los padres en las reuniones, "pero ahora los estudiantes no muestran el mismo interés y dedicación, ni aprovechan el esfuerzo de sus padres"  concluyó la fundadora del instituto de Belén.

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