Abril 2018, marca un antes y un después en muchas familias nicaragüenses. Desde hace cuatro años se revive en la memoria la represión estatal cometida contra hombres, mujeres, jóvenes, niños y adolescentes que fueron asesinado. Sus familias siguen pidiendo justicia.
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El 18 de abril inicia la avalancha de agresiones contra jóvenes universitarios que defendían a los pensionados que el 18 de abril habían sido golpeados por reclamar cambios en sus cuotas del Seguro Social. El 19 de abril se suman jóvenes de colegios, barrios y organizaciones a esta demanda y nuevamente reciben agresiones de parte de paramilitares, y la juventud sandinista, JS. Estos grupos actuaron en coordinación de la policía nacional, según reportes de organizaciones defensoras de derechos humanos.
Las primeras víctimas asesinadas con armas de fuego ese día fueron Darwin Manuel Urbina, Jiltón Manzanares agente policial y Richard Eduardo Pavón Bermúdez estudiante.
Darwin Urbina, tenía 30 años, según la Asociación Madres de Abril fue la primera víctima mortal de la violencia con la que fueron reprimidos los estudiantes, fue asesinado en la UPOLI, sin embargo, él no era un estudiante era un “joven trabajador que como muchos jóvenes nacidos y criados en los barrios cercanos de la universidad se sumaron a las protestas” relata la Asociación Madres de Abril.
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Cuando su familia llegó a reclamar su cuerpo a medicina Legal, una hermana dijo “No era ningún delincuente, ningún perro era él. La guardia fue la que lo mató… El era un trabajador que iba a su casa y estaba saliendo de su trabajo” aseguró en su momento.
Ese mismo día también cerca de la UPOLI fue asesinado el policía Jiltón Rafael Manzanares de 33 años de edad originario de León. La policía brindo conferencia de prensa donde afirmaron que, “grupos delincuenciales que salían de la UPOLI lo asesinaron con balas de escopeta “los sucesos ocurrieron cuando un dispositivo de la DOEP realizaba labores de restablecimiento al orden y despejaba la vía publica…”
El Joven de 17 años Richard Edmundo Pavón Bermúdez, estudiante de secundaria fue el primer adolescente asesinado en Tipitapa, frente a la Alcaldía de esa localidad.
Ese 19 de abril hubo protesta en todo el país desde la mañana, de ahí no paro la gente en denunciar y pedir justicia por cada uno de los asesinados de ese día y los siguientes días de duelo nacional, hasta la actualidad.
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La familia de Richard ha permanecido asediada, para impedirles que visiten su tumba en estos días denunció su padre Carlos Pavón.
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Al día siguiente 20 de abril fueron asesinados Álvaro Manuel Conrado, estudiante del colegio privado Loyola tenía 15 años, las ultimas palabras de Álvaro fueron “me duele respirar”. Una frase que ha quedado en la memoria de los nicaragüenses usada para expresar dolor ante una crisis que aún no termina y la injusticia que viven miles de familias víctimas directas de la represión desde ese abril 2018. Mientras era atendido por jóvenes que en medio de las balas buscaron la forma de llevarlo al hospital Cruz Azul, se le negó atención médica para salvarle la vida, es la denuncia pública.
“Alvarito” como le dicen se convirtió en un niño símbolo de abril, a él se le han dedicado poemas y canciones. Su madre Lisseth Dávila dice “mi hijo fue el primer niño que murió durante las protestas iniciadas en abril.” El menor de edad se sintió indignado por la represión contra las protestas pacíficas, ocupo su mesada para compra agua y regalar en la Universidad Nacional de Ingeniería, UNI, donde estaban siendo reprimidos los universitarios y manifestantes fuertemente por la policía.
Dávila relata “lamentablemente fue alcanzado por una bala disparada por un francotirador en el cuello.”
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Otros jóvenes asesinados ese 20 de abril, fueron Juan Carlos López Martínez, Marlon Meneses Martínez Ramírez, Franco Alexander Valdivia Machado, Maroni Jacob López García, Álvaro Alberto Gómez Montalván, Hammer Joel García Salinas, Cristhian Emilio Cadenas Carrión, Michael Humberto Cruz Sánchez. La indignación crecía al conteo de uno a uno da cada muerto ese día. El Museo de la Memoria de AMA se ha encargado de sistematizar cada uno de los casos.
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Los asesinatos continuaron sumando más dolor y luto en Nicaragua; las familias han tenido que exiliarse porque no pueden pedir justicia por sus hijos, esposos.
Susana López madre de Gerald Vásquez de 19 años, desde el exilio sigue clamando Justicia por su hijo
Gerald era un joven artista que decidió sumarse a las trincheras en la Universidad de la UNAN en Managua, fue asesinado el 14 de julio. Él estaba claro que meterse a defender sus ideales les costaría caro; en su red social puso una foto con el mensaje: Moriré.
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El 14 de Julio de 2018, la Unan sufrió un ataque armado; Nicaragua se desveló pendiente de lo que ocurría ese día, desde la noche hasta el amanecer, las redes estaban inundadas de videos de todo lo que pasaba en la UNAN; los disparos, los gritos, la gente en caravana para querer ayudar, las suplicas de auxilio, la muerte acechando a los jóvenes.
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Algunos jóvenes se resguardan en la iglesia Divina Misericordia ahí estaba Gerald protegiéndose con sus compañeros. Una bala se aloja en la cabeza, lo ponen sobre una mesa, comienza su agonía, hay desamparo, sus amigos lo rodean orando y cantando el Himno Nacional de Nicaragua muy fuerte, es lo único que se podía hacer por él, porque la policía no permitía ambulancias para sacar a los heridos, esto provoca el fatal desenlace la muerte del bailarín de Flolklor atrincherado.
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Su madre Susana López desde el exilio en Costa Rica dice en una actividad el día de ayer 19 de abril después de cuatro años de la masacre de muchos jóvenes en Nicaragua. “Las madres seguimos luchando a pesar del acoso, de las amenazas, de los encarcelamientos y los exilios forzados que hemos tenidos todas y todos los nicaragüenses como familiares de asesinados.”
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En Nombre de AMA, doña Susana se solidarizó con los familiares de presos y presas políticas y piden sus libertades. Así también denunció que familias en Nicaragua de asesinados fueron asediadas impidiéndoles ir a los cementerios.
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“Nos mantenemos firme en la ruta de justicia” añade Susana López y prosigue elevando consignas: ¡Justicia para los asesinados!, ¡libertad para las personas presas políticas!, ¡las madres No se rinden Exigen Justicia!
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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH elevó a 317 muertos en Nicaragua desde abril a Julio de 2018, destacando que 21 eran policías y 23 niños, niñas y adolescentes. Por su parte La Asociación Nicaragüenses de Derechos Humanos, contabilizó 448; mientras el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos CENIDH tenía registrado 302. La lista probablemente es más larga pero los conteos y denuncian continúan.
