A pesar de la atmosfera festiva y colorida que este sábado 12 de julio envolvió las calles de Tegucigalpa- Honduras durante la marcha del Orgullo LGBTIQ+, el sentimiento predominante entre activistas y miembros de la comunidad fue de frustración y desilusión ante las promesas incumplidas del gobierno y la persistente violencia que azota a este sector de la población.
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TogglePromesas incumplidas y frustración LGBTIQA+
“Estamos en un gobierno que ha hecho una serie de promesas a nosotros, las personas LGBTIQA+, y en realidad no se ha cumplido ninguna de ellas. Lo que viene a decir que no hemos avanzado absolutamente nada”, lamentó una de las personas participantes, quien prefirió no ser identificada reflejando el sentir generalizado.

Foto: Intertextual.
La movilización, que culmino en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, fue una plataforma para reiterar las demandas y exigencias al Estado hondureño.
Entre las principales peticiones se encuentran la aprobación de la política social para personas LGBTIQ+ por parte de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESO), la implementación de una guía para proveer servicios de alud libre de estigmatización por parte de la secretaria de la Salud, y el cumplimiento cabal de la sentencia Vicky Hernández versus Honduras, dictadura por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“Hemos hecho esto durante los últimos tres años y ninguna de las tres cosas se han cumplido”, se señaló la persona LGBTIQ + con amargura.
Derechos Negados
El Observatorio de Violencia hacia las personas LGBTIQ+ continúa reportando una violencia generalizada, muertes violentas y personas desaparecidas.
La memoria de casos como el de Walter Troche, asesinado en 2009 y cuyo juicio permanece impune, es un recordatorio constante de la vulnerabilidad de la comunidad. “no exigimos justicia, lo que estamos exigiendo es respeto y dignidad a su persona”, expresó José Zambrano haciendo eco de la desesperanza ante un sistema judicial que no ofrece respuestas.
La propia Constitución de la República es señalada como un obstáculo fundamental, con artículos que prohíben el matrimonio igualitario y la adopción para parejas del mismo sexo. “Tenemos una Constitución de la República homofóbica porque da derechos a unos y se los prohíbe a otros”, afirmó contundentemente, evidenciando la discriminación arraigada en la ley.
Esperanza joven ante el estancamiento de derechos trans en Honduras

Foto: Intertextual.
Grecia O’Hara, consultora en comunicaciones y productora audiovisual, destacó que, a nivel personal, siente que “no hay un avance significativo en materia de reconocimiento de derecho humanos, especialmente en el tema de la identidad de género de la persona trans”.
O’Hara lamentó la falta de una ley integral de identidad de género y el alto índice en casos de violencia contra la comunidad.
A pesar de los desafíos, la juventud emerge como un pilar de esperanza. “Las nuevas generaciones ya están muchos más concientizadas y deconstruidas en ese tema, así que tal vez el panorama político mejoré adelante”, expresó periodista Liz Mejía, quien cubrió la marcha, reflejando la confianza en el cambio cultural que impulsa las nuevas generaciones, más conectadas y con una visión más amplia.
La esperanza en el próximo proceso electoral es que “haya apertura significativa para lo que son los procesos que se han presentado en los anteriores gobiernos”, aunque existe temor sobre la postura de la nueva administración. “Simplemente estamos pidiendo que se nos reconozca esos derechos que tienen otras personas heterosexuales y cisgénero”, afirmó Danny Montesinos de la Asociación Kukúlkan, enfatizando que la demanda no es de privilegios, sino de igualdad.

Orgullo en Tegucigalpa: Resistencia y clamor por derechos LGBTIQ+
Desde San Pedro Sula, Natalia Yolanda Zelaya del Colectivo Unidad Color Rosa, una organización de mujeres trans para mujeres trans resaltó la importancia de la movilización en Tegucigalpa para “demostrarle a la sociedad porque existimos y estamos aquí para exigir nuestros derechos como personas”, buscando incidir en los poderes judiciales.
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Zelaya hizo un llamado a “más conciencia social sobre la discriminación a mujeres trans, personas bisexuales, mujeres lesbianas o hombres gays para que haya mucha más diversidad y nadie tenga pena para salir del closet”
La marcha del Orgullo en Tegucigalpa fue, una vez más, fue un acto de resistencia y celebración, pero también un grito contundente por la igualdad y la justicia en un país donde la comunidad LGBTIQ+ sigue enfrentando un camio arduo y peligroso para el pleno reconociendo de sus derechos.





