Miles de nicaragüenses marcharon en contra del Gobierno de Daniel Ortega y la declaración legítima de las elecciones. 
Miles de nicaragüenses marcharon en contra de la declaración legítima de las elecciones y en contra del Gobierno de Daniel Ortega, esta vez, desde Costa Rica, que fue micrófono de las voces calladas por el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua. Desde las primeras horas de la mañana, se notaba como poco a poco, personas con banderas azul y blanco caminaban por las calles de la capital costarricense, San José, algo muy inusual
Con aires fríos, un cielo nublado y una leve llovizna, el reloj marcaba las 9 de la mañana y con esta hora, se daban los primeros pasos de las personas que manifestaban su repudio al Gobierno de Ortega y Murillo desde el Parque de la Merced, lugar importante de la principal avenida de la capital costarricense.
Cantos, música apoyada de parlantes, banderas nicaragüenses que ondeaban al ritmo de dicha música, mensajes, trajes, máscaras y pancartas que recordaban fallecidos y presos políticos acompañaban el inicio de la que se convertiría en la marcha más grande a nivel mundial hecha por nicaragüenses.
El sol salió y con él, las personas que llegaban al centro de San José a acompañar la marcha eran cada vez más; los parlantes parecían explotar del sentimiento que impregnaban los oradores a la hora de proclamar los lemas de la marcha, el principal, “Ortega, escucha, seguimos en la lucha”, hasta yo sentí ganas de unirme, hasta que recordé que mi trabajo era de dar cobertura.
La policía costarricense, de forma cordial y eficaz, coordinaba el acomodo de los nicaragüenses que con el pasar de los minutos, se denotaban en una mayor cantidad, para así no parar el tránsito vehicular de los costarricenses. En las esquinas, los trabajadores de las tiendas y locales comerciales que eran aledaños a la carretera de la principal, miraban y hasta apoyaban los cánticos de los que marchaban.
Muchas veces, los mismos costarricenses nos quejamos de las autoridades nacionales como la policía, pero impacta cuando se oye a personas nicaragüenses elogiando la labor de los cuerpos policiales, su respeto y su ímpetu por hacer las cosas de la mejor forma posible para todos los asistentes a la marcha. “Da gusto ver a los policías de Costa Rica” eran parte de las frases que se escuchaban.
La marcha se paraba unos minutos para esperar al Movimiento Campesino, quienes dejaban el alma en cada cántico y grito de lucha que se realizaba. La cantidad de personas, banderas de Costa Rica y Nicaragua y con ellos el repudio hacia el Gobierno de Ortega y Murillo, eran incontables.
Caminando hacia el punto de finalización, se acercó un hombre joven, a lo mucho unos 30 años, ofreciéndonos cajetas hechas por él para poder pagar sus gastos necesarios, empezando desde cero acá en Costa Rica desde hace unos meses; la frase que más impacto y enseñanza me dejó fue “qué afortunados son ustedes en Costa Rica que pueden elegir a su presidente”.
3 horas pasaron y se llegó a la Plaza de la Democracia, lugar donde se terminaba la Marcha Azul y Blanco. Las notas del himno nicaragüense sonaron, las banderas y pancartas se levantaron y ondeaban por los aires lluviosos que se acercaban y así, acabó la mayor manifestación de nicaragüenses a nivel mundial en contra de lo que bautizaron como la “farsa electoral”.
