Por: Fran Agüero
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16 de Mayo de 2000
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¡Regreso! y caí… Qué tan difícil es renunciar a lastimarnos a nosotras mismas y no sucumbir ante la presión de ese pequeño corazón que sin pensarlo se desconecta del cerebro y toma sus propias decisiones.
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Eran las 4 de la tarde y estaba yo sentada en un sofá mientras contemplaba el ventanal del hotel y aguardaba para hacer un último servicio antes de ir a cenar y descansar un poco de la pesada rutina de putear. En ese momento solo sentí que alguien me tapo los ojos es obvio que en estos menesteres la alerta y el peligro son constantes sin embargo al sentir sus frías y suaves manos sin pensarlo supe que era él. El mundo se detuvo por instantes y sentí aquel aroma a perfume de nuevo, está claro que en ese momento mi parte racional y frívola me exigía salir corriendo y poner aquel imbécil en su lugar sin embargo mi parte irracional que siempre termina por dominarme solo me mantuvo ahí inmovil, sintiendo aquellas manos sobre mi cara, inhalando aquel delicioso perfume y sintiéndome viva por una cuarta vez.
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Mientras me tapaba los ojos se acercó y con su voz nasal y delicada además de aquel zumbidito me susurró al oído:
Las flores son rojas y los claveles no siempre se que soy un idiota, pero mi corazón no te miente; Las manzanas son dulces y las peras arenosas; Te extrañado con el alma y quiero decirte mil cosas.
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Destapo sus manos y con una impecable camisa blanca, sus ya tradicionales converse rojas, sus escurridas caderas y menudo cuerpo delgado estaba ahí frente a mi con un ramo con 19 rosas, más tarde entendería que tuvo la delicadeza de poner una rosa por cada día que había pasado desde que nos conocimos. Se sonrió dejando entrever sus hermosos frenillos y acto seguido como es costumbre su caballerosidad me pregunto: ¿Está ocupada la princesa? Tuve la oportunidad de decirle que sí y salir huyendo sin embargo no pude menos que quedarme de pie y contemplarle, sentir la ira de los recuerdos de verlo besándose con su novia y en contraposición la ternura de aquel ser humano frágil y dulce delante de mí.
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Me acerqué a él lenta y sigilosamente, dos pasos adelante y ya solo nos separaban 20 cm y le puse la cachetada más intensa que he dado en mi vida, él se quedó paralizado y acto seguido lo besé con locura, como si de sus labios brotara agua pura y yo fuese una migrante del desierto, me refresque en su boca y ahí me refugié, mi beso fue correspondido y sus brazos se enredaron en mi cintura. Ambos congelamos el tiempo y simplemente fuimos nosotros, no éramos nada ni nadie, no existía nada alrededor. Terminó ese beso y no podía escapar a la conversación que tanto me había pedido y yo tanto me había negado a darle.
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Conversamos no más de 15 minutos y él elaboró toda una apología a lo mal que su relación estaba, como las peleas y la falta de comunicación habían quebrantado el vínculo que le unía a la que sorprendentemente tenía 1 año de ser su novia. Me indicó los motivos por los cuales quería terminar la relación, echó sobre mí un balde de realidad y me recordó que esto no era más que un imposible, a pesar de sus promesas yo no quiero creer en nada de lo que me dice pues estoy convencida que solo es otro chico que busca crear una novela romántica con la prostituta con la que se enganchó porque le da lo que su novia no le puede dar.
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Sin embargo mi querida Alita, algo en mí guarda la esperanza, en la conversación que tuvimos no puedo dejar de repensar la frase “ambos tenemos que ser libres para poder amarnos” y bueno es que está claro que yo estoy en esta cárcel de profesión donde mi tiempo no es mío y mis deseos tampoco pero ¿Sebastian de qué está preso?. ¿Será que se refiere a su novia como una cárcel? Esto sería bien triste pues es un poco lo que yo vivo a diario vendiendo fantasías y mentiras a personas que creen que estoy comprometida con ellos y lo que hacemos mientras en la mayoría de los casos solo divago en mi mente esperando que termine su faena deprimente.
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Me quedo dando vueltas en esa frase y espero que cumpla su promesa de encontrarnos de nuevo, estoy algo emocionada porque mi amigo Alonso vendrá a verme en los próximos días. Son ya más de 2 años de no vernos y quiero ver que hay de nuevo en su vida y que ha sido de él la verdad dice que viene con muchas sorpresas y que voy a quedar boquiabierta cuando nos topemos nuevamente.
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A descansar, este día después de todo no fue tan malo y sabés destino, sabés universo. ¡Si tenía la oportunidad de sentirme viva una 4ta vez! No hubo sexo, no hubo un más allá de mis 19 rosas y una blusa de seda roja que quedó impregnada de su aroma y que juro por los restos de madame bovarie nunca lavaré para abrazarla por las noches y sentirme entre sus brazos mientras sueño que mi realidad no es mi realidad y construyo en el mundo de los sueños la felicidad que anto anhelo.