La activista de derechos por las personas LGBTQ+ contó, cómo ha vivido el exilio y ha tenido que reinventarse en Costa Rica.

Foto: Intertextual, Yasuri exigía la liberación de Celia Cruz mujer trans ya liberada por la dictadura de Daniel Ortega.
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El salir del país, dejando todo atrás y empezando desde cero, nunca es fácil; el temor, la angustia y la nostalgia son sentimientos que se viven en cada una de las personas que viven esta situación y Yasuri Potoy Ortiz, no vive algo distinto a esto. Yasuri, contó para Intertextual cómo ha vivido el exilio y cómo ha tenido que reinventarse en Costa Rica.
Yasuri Potoy es una nicaragüense exiliada, desde hace 3 años, en Costa Rica, que su tiempo lo dedica a su trabajo y a ser activista de las personas LGBTQ+, especialmente aquellas que son migrantes, solicitantes de refugio y refugiados y refugiadas en Costa Rica. A unos días de haber cumplido los 3 años de exilio, contó cómo vive dicho proceso.
Yasuri es parte de los más de 100 mil solicitantes de refugio en Costa Rica, desplazados por el contacto de la crisis sociopolitica de 2018 en Nicaragua, que resultó en más de 300 asesinados y al menos mil presas y presos políticos.
¿Cómo fue el proceso salir de su país de manera tan repentina?
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“Fue un proceso lleno de incertidumbres. Nunca había realizado un desplazamiento así de mi país. No conocía a donde me dirigía; yo sabía que Costa Rica era un país con derechos a las personas LGBTQ+ y que estaba brindando protección a las personas que se nicaragüenses vieron afectadas desde abril de 2018 y este proceso no habría sido posible sin unas amistades que me ayudaron con el transporte.”
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Potoy agregó que cuando llegó a Costa Rica en su exilio, solo tenía 20 dólares en su poder, que a la hora de cambiarlos a colones pensó que la habían estafado (por la cantidad de colones que recibió). Además indicó que a la hora de pasar la frontera, los policías le realizaron presión psicológica, que ahondada en ese temor, se convirtió en un trago amargo para todos los que pasaban en ese momento.
Además, Potoy agregó que “reinventarse en la Suiza Centroamericana es más que un reto”, ya que como comenta, es difícil en un cuerpo que transgrede la “normatividad”. Potoy añadió que a pesar de que Costa Rica es un país activo en la protección de las personas LGBTQ+, hay una parte de discriminación que tienen que lidiar en ocasiones.
“Mi primer trabajo fue realizando encuestas y a como hay buenas experiencias, también hay malas; habían personas que se quedaban murmurando si yo era hombre o era mujer y antes de eso, soy un ser humano.”

Después de vivir un periodo de desempleo y tener que realizar diversas tareas para salir adelante, Yasuri plantea tener una estabilidad en Costa Rica y sueña con volver a Nicaragua a terminar sus estudios de enfermería, los cuales tuvo que aplazar por el exilio.
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La historia de la activista es similar a cientos de estudiantes desplazados por la crisis en Nicaragua, que han tenido que reinventar su vida para poder superar la salida tan abrupta de su país, de sus carreras, algunos casos han sido expulsados de las universidades públicas y les ha tocado reiniciar desde cero sus estudios incluso en casos, estudios secundarios.
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