Faltan campañas informativas por VIH en Masaya, cuidado personal y el trabajo de organizaciones sociales que antes realizaban trabajos preventivos y que ahora deben hacerlo de manera clandestina debido a la represión gubernamental.
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El avance del Virus de la Inmunodeficiencia Humana, conocido como VIH, empieza a generar alarma en uno de los departamentos más pequeños del país y uno de los más densamente poblados; Masaya, donde en el último año, se ha registrado un incremento de casos nuevos por esta enfermedad.
El Ministerio de Salud de Nicaragua (Minsa), reportó recientemente que en 2023 los casos positivos por VIH aumentaron en 26, en comparación a la cifra del año anterior. Y aunque la capital nicaragüense sigue encabezando la lista con más casos nuevos en todo el país, 458 en 2023, Masaya también avanza en la detección de más casos positivos.
La Ciudad de las Flores, como también se le conoce, pasó de registrar 71 casos positivos por VIH en 2019 a 98 en 2023, para un total de 382 en los últimos cinco años, con una tasa de muerte del 7%, es decir, al menos 50 fallecidos por esta causa en el mismo periodo.
Los datos revelan que el VIH, empieza a ganar terreno en Masaya, a pasos lentos pero constantes. En 2022 fueron 85 casos positivos. Aunque pareciera un incremento desacelerado en comparación a 2023, lo cierto es que preocupa a las organizaciones que trabajan en la prevención de este mal y que debido a la represión contra los entidades sociales, están obligadas a operar desde la clandestinidad.
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ToggleMiedo al chequeo al VIH en Masaya aumenta contagios
Para una mujer transgénero de Masaya y activista de derechos humanos, quien prefirió el anonimato, el aumento de los casos por VIH en este departamento se debe en parte al temor de las personas de, “realizarse el control de las pruebas de VIH o algunas otras infecciones de transmisión sexual”.
Incluso manifestó que cuando la persona finalmente decide hacerse el examen “ya es porque muestra alguna sintomatología y es hasta ese momento que se logra saber que son VIH positivo”. El problema es que a ese tiempo, la persona contagió a otros.
Además, la activista de los derechos de las personas LGBT afirma que en esta ciudad, la discriminación es el “pan de cada día” para la comunidad gay y transgénero, sobre todo por los estereotipos sociales y religiosos que continúa repitiendo nuestra sociedad.
Por ello, afirma que las personas gay y transgénero son las primeras en rehusarse a ir a los centros de detección del VIH para evitar todo tipo de rechazo social, aún mayor del que ya viven. Además dijo que hay quienes se niegan a protegerse durante las relaciones sexuales con “diversas personas”, permitiendo el contagio de estas enfermedades.
Inusuales estadísticas
Una experta en temas de salud y defensora de los derechos humanos indicó también bajo anonimato que Masaya no era –hasta ahora– uno de los departamentos que reportaba altos índices de casos por VIH a diferencia de Managua, Granada y Chinandega “donde hay puertos y embarques, y donde se da el comercio sexual”.
La experta coincide con los reportes oficiales del Minsa, pues en 2019 se reportaron 71 casos de VIH en Masaya y un año después disminuyó en un caso menos, e incluso para 2021, los datos mostraron otra mínima reducción hasta 58 casos, pero en 2023, los casos positivos incrementaron rápidamente a 98.
“Esto se debe también al descuido de no protegernos o que también las personas muestran desinterés para realizarse la prueba”, expresó.
Cree además, que los casos podrían ir en aumento a pesar de las campañas del Minsa y otras organizaciones que aún operan en el país, pues los centros de salud no cuentan con suficientes métodos de protección como los que antes difundían las asociaciones que han sido anuladas desde 2018 por la Asamblea Nacional y el Ministerio del Interior, antes Ministerio de Gobernación.
“Al momento de solicitar prevención como condón y lubricante, casi nunca hay; en algunos centro de salud solo ofrecen 30 condones y a veces 30 lubricantes al mes, los cuales no abastecen por completo, sobre todo cuando se trata de trabajadoras sexuales”, aseguró.
“En algunos sectores casi nunca hay condones solo te ofrecen la realización de pruebas rápidas de VIH, pues siempre están siendo presionados para cumplir sus metas mensuales”, añadió la experta.
Trabajar para erradicar la discriminación
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el VIH es una de las enfermedades sin cura definitiva en el mundo, pero que sí es posible controlarla con terapia antirretroviral (TAR o ART, por sus siglas en inglés), un tratamiento que es inutil frente a la discriminación y el rechazo social en el país.
Aproximadamente 1,5 millones de personas que viven con el VIH estaban recibiendo tratamiento antirretroviral en América Latina y 230 mil en el Caribe a finales de 2021, lo que representa una cobertura de tratamiento antirretroviral del 69% de todas las personas que se estima viven con el VIH en América Latina y del 70% en el Caribe.
Y aunque se sabe que el VIH no se transmite por contacto físico, si por contacto con la sangre, semen, líquido preseminal, secreciones vaginales y a través de la leche materna de una persona que tiene la infección, en la actualidad miles con VIH sufren discriminación y rechazo social.
Por ello, la mujer transgénero consultada para este reporte dijo que se necesitan más “campañas de sensibilización, educación, pero sobre todo debemos de cambiar nuestros comportamientos de respeto, estigma y prejuicio desde las organizaciones”.
Asimismo, pidió al Minsa, mejorar “la atención a los usuarios, ya que existe una ley 820 y resolución ministerial 671- 2014, y a pesar de eso, todavía el personal médico desconoce e incurren en actos de discriminación a personas LGBT y personas con VIH, provocando que las personas abandonen las citas medicas o sus chequeos rutinarios”.
“La discriminación todavía es un detonante que apunta al incremento de los casos de VIH, también a esto la voluntad propia del auto-cuido, pues no hay que echarnos a morir por alguna infección porque la salud mental de las personas, sobre todo sin señalamientos por un diagnóstico, debe ir de la mano con el sector salud, ONG y sociedad civil, ya que todas y todos estamos expuestos a adquirir el VIH”, expresó.
“Recordemos que Masaya no estaba en los territorios donde existían gran cantidad de casos positivos de VIH. Esto es una campanada que debe alarmarnos”, finalizó.